Pon a hervir ramas de perejil, menta y dos crisantemos amarillos. Luego, agrega miel de abeja y vino espumante. Enciende tres velas plateadas y reza el Salmo 91.
Por último, te das este baño. Puedes ofrecerlo a tu ángel de la guarda. Siempre recomiendo escribir tu nombre en la vela, de abajo hacia arriba, y untarla con miel para que la petición sea más precisa y efectiva. La fe mueve montañas...
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