Maneja tu ira Aprende a controlar las emociones negativas

Si eres de las que lanza platos cuando discutes con tu pareja, deberás aprender a manejar tu frustración, porque a la larga puede ocasionarte problemas en todo ámbito, así que es mejor que racionalices tu enojo, para otorgarle al problema la magnitud que realmente merece.


Dice la sabiduría popular que los amigos o familiares nunca deben meterse en una pelea de pareja, sobre todo si los ánimos llegan a tal punto, que la loza, los ceniceros, los cojines, y la ropa vuela por los aires, porque hay personas que descargan todo su rencor de este modo, ya que sienten que de esa manera pueden hacer una catarsis y liberarse del dolor que están sintiendo.

Para la psicóloga Marcela Tarifeño, la rabia es una emoción primaria, una respuesta instintiva básica, igual que la alegría, el miedo, o la pena, porque viene con nosotros desde que nacemos, y se manifiesta en los bebés desde el momento en que no se sienten satisfechos.

"Los adultos que no han aprendido a manejar sus emociones o que no han tenido una adecuada satisfacción temprana de sus necesidades básicas cuando pequeños, pueden ser muy propensos a caer en estados de descontrol y expresar intensa rabia o ira. De hecho, tiene que ver más con la educación y formación recibida, que con los genes o alteraciones psiquiátricas puntuales", explica.

La terapeuta aclara que los niños con esta tendencia son más propensos a desarrollar estas actitudes agresivas: "Las mujeres violentas no tienen un manejo satisfactorio de sus emociones. Cuando algo nos produce mucha rabia o ira, hay que tomar conciencia del hecho y cuestionarse qué es lo que puntualmente nos molestó tanto, ya que generalmente detrás de estos ataques de rabia intensa hay temas no resueltos".

Se debe considerar también que a las mujeres les influyen los cambios hormonales en el estado anímico: cuando se eleva la testosterona, puede haber un aumento de la agresividad. "La imagen social de femenina está asociada a la calidez, suavidad y productividad de las profesionales y, por último, a la sensualidad. Pero a la agresividad no se la asocia, por tanto, es probable que estas mujeres sufran más decepciones amorosas por no calzar con el patrón social esperado", declara la experta.

Si padeces este problema y deseas poder controlar la rabia que a veces te ataca, te contamos que existe solución. La psicóloga del Centro Médico Dar Salud, Patricia Canales, plantea que es posible entrenar la conducta si se identifican los estímulos adversos que generan tal reacción.

"Se deben analizar las consecuencias y hacer un paralelo entre mis respuestas positivas y la forma óptima de enfrentar un problema, y las conductas negativas que me generan más rabia y la no resolución de mi problema. Por eso, es de suma importancia el aprendizaje temprano en los niños, la forma cómo los padres les ayudan a resolver sus problemas, dándole oportunidad de debatir desde pequeños y encontrar las soluciones más apropiadas", sostiene.

Agrega que esa será la base para poder tolerar la frustración de manera positiva, ya que de lo contrario se producirá una cadena interminable de conflictos en todo ámbito: "Entre la pareja, se genera rabia y sentimientos de malestar, desgastando la relación y generalmente cansando a uno de los miembros que evita un real acercamiento por miedo a la forma de reaccionar. En síntesis, la rabia sólo genera rabia y es importante manejarla sin dejarse sobrepasar".

La recomendación es que, antes de actuar, pienses muy racionalmente qué puede provocar tu ira. Detente cuando tengas el impulso de lanzar un objeto, respira profundo, intenta calmarte, camina un poco, toma un vaso de agua… para que puedas exponer tus quejas claramente.

"Hay que hablar en forma clara y precisa, saber escuchar al interlocutor y darse cuenta que es más saludable no enganchar frente a cosas que no valen la pena. Darle el real valor e importancia a las cosas, no exagerar y no reaccionar en forma desmesurada ante una situación que considere un problema", concluye.

Por lo tanto, se reitera el consejo de contar hasta diez, veinte, o treinta antes de reaccionar, para que después no te arrepientas de tus actos, o adquieras la mala fama de mujer conflictiva y poco tolerante. En este mundo tan desigual, la paciencia y la tolerancia son virtudes, armas poderosas que pueden ayudarte a tener una vida más plena, amable y feliz.