La grafología y la escritura de los dictadores César Reglero Campos
Published by Buscador under Grafología on 9:23
Como grafoanalista (psicólogo y grafólogo) llevo muchos años impartiendo cursos de grafología y entre los alumnos siempre hay una pregunta que flota en el aire con respecto a las garantías que ofrece esta disciplina como ciencia.
La pregunta es pertinente, porque de hecho su representación en las facultades de Psicología es muy deficiente y, a pesar de ello, es ampliamente empleada en los departamentos de selección de personal y de recursos humanos de las empresas.
Esta contradicción hace dudar a los alumnos y hay que demostrarles con hechos fehacientes las bases científicas de esta disciplina. Es por ello que me he animado a comentar un trabajo de investigación publicado recientemente en una publicación de tirada estatal.
En grafología ya se ha superado la fase en que se consideraba que a un gesto concreto le corresponde una interpretación específica.
Desde hace muchos años se considera que es la estructura del conjunto del escrito la que determina el valor de cada signo, y este puede variar en función del contexto gráfico y la correlación que se establece entre los demás elementos que constituye el texto.
Dentro de este esquema me ha complacido el reportaje publicado por El País Semanal y firmado por Jesús Ruiz Mantilla: «La escritura del horror». Sin estar por completo de acuerdo con el reportaje, me parece muy orientativo la manera en que enfoca la tipología de muchos genocidas en función de su escritura.
El artículo se basa en los trabajos de experimentación de Germán Belda (vicepresidente de la Asociación Española de Grafología) sobre la interpretación de manuscritos de grandes dictadores de la historia reciente.
Desde el Generalísimo Franco hasta Augusto Pinochet, pasando por Hitler, Mussolini o Stalin.
Del amplio reportaje me quedo con la idea inicial según la cual si el pueblo se hubiera guiado por la interpretación que el filósofo y grafólogo alemán hizo de la escritura de Adolf Hitler antes de que este subiera al poder, se hubieran podido evitar millones de víctimas.
Evidentemente, nadie puede predecir el futuro, ni adivinar lo que hubiera pasado sin la figura de Hitler, pero esta aseveración merece ser tenida en consideración.
Germán Belda analiza una serie de elementos comunes que se repiten sistemáticamente en estos manuscritos provenientes de la Fundación José María Castañé y demuestra que el conjunto de todos estos elementos gráficos que se repiten sistemáticamente en las escrituras de los grandes dictadores, en ningún caso pueden entenderse como hechos casuales, sino que, por el contrario, deben ser estudiados con mucha atención si se quiere prevenir conductas violentas y hechos nefastos para la sociedad.
Con todo, no pretendo hacer un alegato en favor de la grafología, ya que esta ciencia –que nace ya en la prehistoria con los primeros intentos del ser humano por dejar plasmadas sus ideas y sentimientos en las cuevas rupestres, y que documenta sus primeros estudios en el siglo IV antes de Cristo en China– se defiende por sí misma, a pesar del mal trato que se le da en las universidades españolas; pero sí que quiero llamar la atención sobre la necesidad de estar más atentos a ciertos rasgos patológicos de algunos gobernantes, ya que parece más complicado pasar las pruebas para llegar a gestor administrativo que aquellas que se requieren para presidir determinados gobiernos.
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