Significado general de Júpiter en las casas

El planeta Júpiter está asociado con el dios romano del mismo nombre, y con el dios griego Zeus. En el mito, Zeus era el majestuoso dios de los cielos. Considerado omnisciente, pues lo veía y sabía todo, contemplaba desde la cima del universo la vida sobre la Tierra, y dispensaba tanto el bien como el mal, aunque la imagen que se tenía de él era más bien compasiva y benévola.
Zeus protegía a los débiles e inocentes, castigaba a los malos, prevenía todo tipo de catástrofes y siempre acababa huyendo de su esposa Hera, quien lo limitaba muchísimo. De todos modos, Hera tenía motivos para perseguirle, pues Zeus perseguía con increíble energía a diversas diosas y moratles, sin desdeñar en alguna ocasión a algún efebo imberbe. Incluso aunque no tuviera éxito siempre, parecía obtener un gran placer en perseguir sus objetivos siempre cambiantes, transformándose un día en toro y al siguiente en cisne o en lluvia de oro. Como consumado actor que era, le encantaban esos cambios de papel, y si bien el resultado de tantas escapadas eran numerosos niños, Zeus dejaba a cargo a otros el cuidado de criarlos y educarlos.

Esta breve descripción del dios mitológico da buena cuenta de la personalidad de muchos Sagitarios y explica bastante bien cómo nos desenvolvemos en el área de la vida donde tenemos a Júpiter. La casa que contenga a Júpiter es el sector de la vida en el que necesitamos muchísimo espacio para crecer y explorar. Es allí donde no estamos contentos con la monotonía o la rutina. Incluso aunque sintamos que algo nos limita o impide evolucionar e ir más adelante, no somos necesariamente desdichados con lo que ya tenemos en la casa en la que se encuentre Júpiter, pero seguimos queriendo siempre más y más, como si realmente hubiera aún lugar para seguir. De todos, modos, a Júpiter siempre le interesa más lo que puede haber a la vuelta de la esquina que la realidad que tiene en la mano.

Los problemas derivados de Júpiter en una casa provienen de que por lo general nos prodigamos en exceso en ese área. Al igual que hacía el dios griego, que siempre contemplaba desde muy alto las cosas, en el sector de la vida en que tenemos a Júpiter no solemos pararnos demasiado a examinar las cosas con la minuciosidad que deberíamos. Con aspectos difíciles, la posición de Júpiter en una casa nos revela dónde emprendemos la acción basándonos en perspectivas o juicios errados, generalmente como resultado de ser demasiado optimistas o demasiado entusiastas respecto de lo que es posible. Y al igual que le ocurría al dios mitológico, la casa donde está Júpiter es la esfera de la vida donde podemos sembrar múltiples semillas creativas, pero no siempre quedarnos en las inmediaciones para vigilar su crecimiento. Según el mito, Júpiter era famoso por sus devaneos sexuales y su gran progenie, aunque solía luego dejar el cuidado de sus hijos a otros. De la misma forma, podemos dar comienzo a algo en la esfera de la vida regida por Júpiter, pero antes de que nos demos cuenta puede haber algo más que nos llama la atención y abandonarlo.

La presencia de Júpiter en una casa hace que en ese dominio de la vida nos sintamos esperanzados, positivos y animosos, como si estando él allí nos sintiéramos encantados y protegidos. Existe sin embargo el peligro de que en ocasiones podamos sentirnos traicionados si sucede que aquello por lo cual nos entusiasmamos no resulta tan maravilloso como habíamos esperado. Pero por lo común, aun cuando algo o alguien nos decepcione en la casa de Júpiter, ya se encargará él de hacernos caer de pie, como los gatos.

Allí donde se encuentre Júpiter atribuimos gran significación a la experiencia y a los acontecimientos. La casa de Júpiter es donde tratamos de buscar a "Dios", o, sencillamente, la "Verdad", con mayúsculas, es decir, aquello que tira de nosotros y en lo que ciframos nuestras mayores aspiraciones, o lo que puede hacernos crecer y prosperar como seres humanos.

A Júpiter se lo adoraba como el Gran Preservador de la vida y El que Libera de batallas y plagas. En ocasiones, es posible que nuestra supervivencia dependa de nuestra capacidad de dar alguna especie de significado simbólico a un acntecimiento, o de percibir cuál es su significación dentro de una perspectiva más amplia. El psicólogo humanista Viktor Frankl pudo confirmar que esto es así: mientras estaba confinado en Auschwitz, observó que quienes podían otorgar algún tipo de significado a la agonía que estaban soportando eran los que tenían más probabilidades de sobrevivir.

En general, y sean cuales sean los aspectos de Júpiter, lo asuntos de la casa donde se encuentre nos ofrecen la esperanza de algo mejor y el sentimiento de que la vida no es una mera colección de acontecimientos aleatorios, sino que tiene un significado y una intención. Cuando nuestra fe en la vida comienza a vacilar, si miramos hacia el dominio de Júpiter podremos recuperar la inspiración para salir adelante.

La casa regida por Sagitario y, en menor medida, Piscis, habrán de ser tenidas en cuenta y contempladas de manera similar a si estuviera Júpiter en ellas.
Publicado por Rafa Cañete

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