COMO COLOCAR LAS CARTAS
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Podemos colocar las cartas del tarot en círculo, en triángulo, todas en fila… en fin, existen decenas y decenas de formas de disponer las cartas, cada uno de las cuales implica cierto número de Arcanos, de uno solo a la baraja entera.
El juego, símbolo del símbolo, apoyo del apoyo, un esquema, una trama, donde el presente, el pasado y el futuro del consultante y sus posibilidades, obstáculos y situaciones, van a encasillarse en el orden preciso que les corresponde.
Si los arcanos mayores y menores son los protagonistas, el juego es su argumento y su escenario. Los significados de las cartas encuentran así un nuevo factor determinante, la figura geométrica o la secuencia, que las aproxima al mundo de la astrología y de la geomancia.
Arriba y abajo, izquierda y derecha, forman así un todo armónico que facilita la lectura de las cartas y corrige a veces su significado. La Emperatriz, arcano fuertemente positivo, pierde parte de su positividad cuando ocupa en el juego una posición desfavorable, mientras que al diablo o a la Torre, arcanos sumamente peligrosos, les sucede todo lo contrario. Se atenúan cuando se sitúan en el lado positivo del juego.
Los antiguos, sondeando el misterioso mensaje del vuelo de las aves, atribuían significado infausto a la izquierda y favorable a la derecha, la misma connotación que por lo general las caracteriza dentro del juego.
De forma similar, la parte superior, en relación simbolice con el Cielo, se asocia con el futuro o con las cuestiones mas sutiles y espirituales, la parte inferior, en correspondencia con la Tierra, se asocia con el pasado, las raíces y la materia (dinero, posesiones, negocios).
Por otra parte, la posición central, en analogía con el mundo que, según la astrología arcaica, se sitúa en el centro del sistema solar, representa al consultante, centro, origen y punto de referencia de todo el juego.
El esquema espacial del juego se basa en toda una lógica geométrica, donde las líneas imaginarias que relacionan una carta con otra son, en realidad, lados de figuras geométricas simétricas.
El número de juegos de tarot que pueden experimentarse o reinventarse es prácticamente ilimitado. Sin embargo, no descuide la regla general “de lo simple a lo complejo y nunca al contrario”
Los juegos más simples, basados en el empleo de pocas cartas, se prestan a una fácil lectura y a una interpretación casi inmediata. El empleo de un gran número de arcanos, no siempre es garantía de mayor precisión, muy al contrario, tienden a confundir más de lo que aclaran.
Todos los cartománticos tienen su repertorio de juegos personales, sus secretos, a los que están ligados y en los que creen, llegando a auténticas especializaciones, porque el juego cuanto mas se repite, mas habitual resulta, mas fuerza adquiere y con mayor propiedad responde a las directrices del cartomántico.
Sin embargo, son muchos los que, en cambio, rechazan en bloque las reglas fijas, espaciales y geométricas, y echan las cartas en el número y en la posición que consideran más idónea en cada ocasión, según la sensación del momento.
Una última precisión: es posible que el oráculo formulado por las cartas le parezca insensato o ajeno a la pregunta planteada. ¡Cuidado! Es muy difícil que las cartas, integradas en un mecanismo de sincronicidad universal, no hagan diana. En cambio, son fáciles el error de interpretación, el conocimiento inexacto de símbolos y combinaciones, o la incapacidad de amalgamar su conjunto.
Antes de acusar a las cartas de falta de fiabilidad, deténgase a examinar sus nociones, el potencial de sensibilidad y, sobre todo, la situación emotiva que vivía en el momento de la consulta. Quizá estaba cansado o tenso o quizá la sintonía con el consultante no era de las mejores, o lo que le ha inducido a engaño puede haber sido el deseo inconsciente de una respuesta distinta, tal vez más optimista.
El secreto para que los arcanos respondan siempre de acuerdo con la realidad, se puede resumir en tres palabras: objetividad, serenidad y confianza, además, naturalmente de la preparación y la sensibilidad del cartomántico, sin las cuales la baraja suele permanecer muda.
Las cartas adquieren o pierden fuerza y significado, se refuerzan o se debilitan, gracias a su coexistencia en el juego, a su recíproca proximidad, a las combinaciones de símbolos y de valores: palos, números, personajes y alegorías, en suma, los arcanos compatibles entre sí se refuerzan, los enemigos se debilitan y se dañan recíprocamente.
Si Las Estrellas representan, por ejemplo, una esperanza, un afecto y El Carro es la victoria rápida y segura, el extranjero, los viajes, cuando aparecen combinadas funden sus primitivos significados en “amor en el extranjero”. Así, La Templanza que significa amistad, serena espera, unida a un arcano de Bastos, se traduce en trabajo paciente, relaciones amistosas con los colegas. El As de Copas significa siempre fiestas y encuentros, pero si a él se suma el As de Espadas, ello representará un traslado en breve plazo. Los cuatro Ases en el juego aseguran un gran éxito, pero si salen todos en fila, uno tras otro, hacen temer un dolor inesperado.
Así pues, la dificultad de la cartomancia no reside tanto en el aprendizaje de los significados aislados, como en su amalgama. Los significados simbólicos de las cartas, para dar lo mejor de sí, deben compenetrarse uno con otro, convertirse en un todo único en el juego.
Elysa de la Torre
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