PALABRAS DE PODER BREVES REFLEXIONES DE SABIDURÍA PRÁCTICA PARA VIVIR

* "El prometer no empobrece", dice un refrán popular. Cuando anhelamos algo, y se nos promete, somos muy tendientes en creer en esa promesa. Para Shakespeare, nosotros somos los responsables de quedar defraudados por las promesas no cumplidas. A este genial escritor, le parece inexplicable que podamos creer en las promesas cuando éstas no son más que simple aire. La experiencia nos ha demostrado que quienes prometen con rapidez, son los que menos cumplen lo prometido. En la Grecia Antigua, se decía que debíamos escribir en el agua el juramento de los hombres viles.


* En unos fragmentos de una obra incompleta de Sófocles, encontramos una frase de este dramaturgo, el más grande de Grecia y uno de sus hombres más sabios. La máxima dice: "Las entrañas de un hombre malvado no se ablandan". Podemos ablandar el corazón de un hombre bueno, pero casi nunca el de una persona que tenga infectado su corazón de sentimientos perversos. La maldad es enemiga de la bondad.

* El gran escritor griego Menandro escribió: "La maldad es algo irrazonable". Esto es absolutamente cierto: la maldad no puede inclinarse ante el peso de la inteligencia, pues esta capacidad opera en vista a lo real y a la verdad. En cambio, la maldad anida en un corazón dañado por los peores vicios. La maldad nunca entiende de razones, sino de intereses, aun cuando éstos atenten contra los valores más sagrados de los hombres.

* "¿No es acaso un remedio contra la ira una palabra amable?" - escribió Menandro. Aun cuando nosotros tengamos la razón y no el iracundo, es una insensatez de nuestra parte defendernos del iracundo a base de palabras duras e injuriosas. "No le eches más leña al fuego", nos indica el refrán popular. Si tenemos la razón en algo, nada lo echa tanto a perder como nuestro lenguaje duro y altanero. Nuestra altanería enciende aún más al iracundo. A la ira se le doblega con palabras suaves y con peticiones humildes. Ya nos lo dijo el refrán popular: "Atrae más abejas una gota de miel, que un tonel de hiel".

* Menandro considera que un hombre desagradecido no puede ser nuestro amigo. Toda persona desagradecida trata de romper su vínculo con su benefactor, pues se siente su inferior, y el favor recibido lo considera una carga muy pesada. El camino fácil de todo desagradecido es desconocer el favor recibido y odiar a su benefactor. La amistad no puede existir entre una persona agradecida y normal, con otra persona que acepta los favores, pero odia a quien se los proporciona. La amistad solamente florece en almas agradecidas y bondadosas.

* Los trágicos griegos Sófocles y Eurípides coinciden en la idea de que "Las esperanzas son el alimento de los hombres sin seso" (sin inteligencia). Recordemos que los griegos de la Antigüedad han sido los hombres más prácticos y realistas que ha dado la humanidad. Nos equivocamos al pensar que los griegos fueron especuladores por el hecho de que en Grecia nació la filosofía. ¡Nada de eso! Los griegos fueron hombres prácticos, como ningún pueblo lo ha sido hasta ahora. Para estos inmensos pensadores (escritores griegos), la esperanza era una simple ilusión y una permanente engañadora, pues nos mantiene en lo que anhelamos y no en lo que realmente podemos obtener.

Por: JACINTO FAYA VIESCA