La Virtud, Fuente de Sabiduría y Salud Jordi Rosals
Published by Buscador under ENERGÍA , Esotérico , Espíritu , La mística , La Palabra , Vida on 13:09
La materia prima de una buena vida es la virtud. Pero, ¿qué es la
virtud? La virtud es la capacidad que otorga a una persona la
posibilidad de adoptar la mejor de las opciones posibles en una
situación determinada, ante un dilema, ante un problema o simplemente
ante las cotidianas dinámicas que surgen en la vida. Por
lo tanto la virtud comporta la sabiduría como efecto. Cuanto más
virtuosa es un persona más sabia es porqué más recursos tiene para
afrontar las problemáticas relativas a su vida.
Evidentemente existen tantas virtudes como ámbitos podemos establecer
en nuestra vida. Virtudes sociales, virtudes morales, virtudes
laborales, etc. Cada cual, valiéndose de su conciencia, debe examinar
cada circunstancia de la vida y actuar de acuerdo a lo que dicte la
virtud concreta aplicada a la misma. De este modo, con sabiduría, con
sentido común, actúa el Maestro Interior que todos llevamos dentro, o si
se prefiere la Inteligencia Universal que obra y habita en nosotros.
Toda virtud implica cierta toma de decisiones respecto a las
alternativas que se presentan con relación a una determinada
situación. ¿Es la virtud la opción más ética de las presentes o la más
práctica? Interesante dilema cuya solución nos aportará luz acerca de la
naturaleza de la virtud. Evidentemente, la virtud no existe por si
misma sino que se sustenta en un determinado sistema de creencias, y
éste varía de un lugar geográfico a otro y de una época a otra sin
menoscabo a que sí existan ciertos valores universalmente reconocidos y
que se encuentran en el núcleo de muchas virtudes: solidaridad, amistad,
piedad, compasión, etc.
En ocasiones, la virtud estará en el camino más fácil y más corto
hacia una meta; en otras, en el más recto. Otras veces, el camino más
directo es el más ético, pero otras el más difícil. En todo caso, la
virtud siempre supone la opción más sabia, la opción que verdaderamente
se sustenta en la verdad, en nuestra verdad, en la verdad que
compartimos con nuestros semejantes. Por esta razón la virtud nos hace
sabios.
La virtud no está relegada a unos cuantos y a ciertas ocasiones
extraordinarias, más bien su ámbito es en lo cotidiano y sus artífices
potenciales somos todos cuantos vivimos y actuamos en medio de una
sociedad. Cada acción, cada interpelación con nuestro medio social,
familiar, cultural, etc. supone una ocasión de practicar la virtud. La
virtud puede concretarse en un sinfín de ocasiones y circunstancias, en
mil y un detalles cotidianos: un gesto amable, una palabra alentadora,
una acción decidida, una tarea hecha sin dilación, son ejemplos de
virtud.
Cuando una vida se sustenta sobre la virtud es como un organismo que
se sustenta sobre tejidos y órganos sanos; su meta será la expansión
feliz, la plenitud, el crecimiento armonioso. Si en nuestra mente
prevalen los pensamientos armoniosos, también en nuestro cuerpo
prevaldrá la armonía, y ésta se manifestará en forma de una mejor salud
física y mental.
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