La Impermanencia en relación con la Amistad.Segundo Ruiz

Cuando la sabiduría de la Impermanencia se aplica a la amistad nos ayuda a disminuir la tendencia al apego. Casi toda la gente se comporta amable por lo que puediera recibir a cambio. Uno da amor porque recibe apoyo, afecto o consuelo. La gente trata bien a los demás para asegurarse su aceptación continua. La amistad se convierte de inmediato en desconfianza, incluso ante el menor desacuerdo. Sin pensarlo, se pierde rápidamente una amistad por malentendidos. La mayoría niega tener esta naturaleza inconstante y se cree muy confiable. En contraste, los budistas afirman: "Los que son amigos por la mañana con facilidad se vuelven enemigos por la tarde", debido a que el grueso de las amistades se basan en las necesidades personales y no en la verdadera preocupación por el otro.


Prueba esta teoría. Imagina que un amigo escucha que otras personas hablan mal sobre él. ¿Cómo se sentiría en presencia de esas personas? ¿Qué pasaría cuando preguntara por qué lo critican? ¿Qué sucedería si la gente justificara su crítica? ¿Qué haría tu amigo? Lo más probable es que su reacción sea defensiva al pedir una explicación, quizá podría sentirse ofendido y tratar de desquitarse. Este ejercicio no tiene la intención de degradar a los amigos, pero muestra cómo respondemos en general ante la crítica.

Los budistas creen que una persona sabia se toma su tiempo para responder, reflexiona sobre lo que se dijo y piensa en las causas de ello. Si la crítica es verdadera, se esforzará por cambiar, si le resulta falsa, una reacción prudente es expresar compasión. La persona sabia sabe que podemos tener ideas poco realistas sobre la vida. Por lo común, la gente se aferra a algo y dice cosas terribles.

Pocos pensamos de manera iluminada. La mayoría sólo se defiende o busca vengarse. La gente inconsciente tiene reacciones predecibles. La base que sostiene la amistad suele ser débil; aun cuando se aclara un malentendido, se sigue viendo al otro con desconfianza. Todas estas reacciones se originan en el apego.

Otra área de las relaciones que sufre los efectos separadores del apego a la permanencia es la asociación inconsciente. El objeto del amor se pierde en las proyecciones. Una mente inconsciente piensa: "Mi pareja estará aquí siempre. Mañana le dedicaré tiempo". Esta actitud encarna la letra de cierta canción de John Lennon: "La vida es todo lo que pasa mientras hacemos otros planes". Tal actitud surge de la creencia de que el tiempo es infinito y las oportunidades siempre estarán ahí. Es fácil ver cómo se enriquecen las relaciones cuando se es consciente de la Impermanencia.

La sabiduría de la Impermanencia o Transitoriedad hace que la vida sea más dinámica. La conciencia de la Impermanencia traza líneas que podemos seguir cuando tratamos con amigos. Los individuos procuran a otros que les resultan atractivos física, emocional o intelectualmente. Este tipo de atracción es natural. Lo que la conciencia de la Impermanencia hace cambiar es la actitud y la manera de interactuar. Las relaciones perduran durante periodos breves de tiempo, después cambian. Aun si uno logro vivir con la pareja toda la vida, existirá la separación en ciertos puntos. Los budistas creen que todo lo que uno recibe de las relaciones, duren lo que duren, es el papel kármico que desempeñaron. Sólo la enseñanza queda para el futuro. Los budistas preguntan, ¿Qué deseo llevar al futuro? ¿Una actitud de apego o una asociación cálida y de apoyo?

Si te muestras posesivo, apegado, enojado o celoso con tus amigos, eso te llevarás al final de tu vida. Los budistas creen que tu vestidura emocional constituye el equipaje kármico del que se dispondrá para la vida futura. Ésta es la continuidad kármica de las acciones dentro del fluir de la mente. ¿Cómo podemos esperar ser diferentes en cada acción del presente? La astrología interpretada desde el Budismo opera en forma activa dentro de este contexto.

Los que dan amor, bondad y sabiduría a sus amigos, se llevan ese equipaje al futuro. Esas huellas kármicas sonlas cualidades que el individuo expresa ahora y con el paso del tiempo. Según los budistas estos efectos crecen en esta vida y ganan expresión en la próxima encarnación. Su santidad el Dalai Lama dice: "Mi religión es la compasión, pues cumple con todo lo que pediría cualquier religión. Si uno es compasivo, los requerimientos de la práctica budista están completos".

La comprensión de la Impermanencia clarifica los efectos de las relaciones. Uno conserva para sí aquello que dio en una relación. Ésta será su carga kármica.

La Impermanencia ayuda a reconocer los límites entre el propio ser y el de los demás. Al apego le gusta ver a las personas como posesiones. Si nuestros amigos actúan de acuerdo con lo que esperamos de ellos, entonces estamos contentos, pero si no lo hacen experimentamos sentimientos de enojo, celos y resentimiento. Éste es el producto kármico del apego. Uno quiere que las relaciones duren toda la eternidad y que siempre sean buenas. Casi todo el mundo desea relaciones irreales y la vida real no es como un cuento de hadas. Las relaciones necesitan dedicación y compasión.

La sabiduría de la Impermanencia es una maravillosa herramienta que ayuda a lograr una vida más plena. Se pueden establecer relaciones con la conciencia de que el tiempo es finito y que el disfrute de la amistad durará mientras ésta dure. La no permanencia lo mantiene a uno en el aquí y el ahora. La Impermanencia temrina con las formas negativas inconscientes de relacionarnos con los demás. La sabiduría de la Impermanencia nos recuerda que, en una relación sólo recibimos lo que hemos dado. Este conocimiento es un estímulo positivo para fomentar el amor, la compasión y la comunicación.

Un budista cree que actuar así contribuye a tener una muerte tranquila. La sabiduría de la Impermanencia muestra su rostro cuando llega la muerte y le pide cuentas de sus acciones. La no permanencia es la primera y más profunda enseñanza que debe comprenderse desde la perspectiva budista.

Dentro de la astrología, las relaciones se vinculan con los hemisferios superiores de la carta natal, sobre todo con las casas séptima y octava. La séptima casa muestra las influencias que reciben las personas más allegadas, como la pareja, los amigos cercanos, la familia y los compañeros de trabajo. Para ejemplificar lo anterior coloquemos a Saturno en la séptima casa y observemos sus efectos. La falta de sabiduría puede causar que Saturno se vuelva posesivo y controlador. Cuando Saturno se halla en la séptima casa, tarda en aferrarse a alguien. Su influencia estimula la duda y la timidez.

Una vez que se ha establecido una asociación con otra persona, Saturno influye de diferentes maneras. Puede estimular el deseo de que la familia y los amigos estén ahí siempre. Si una amistad comienza a deteriorarse, puede sentirse una fuerte inseguridad. Aquí, la reacción general de Saturno puede ser una obstinada posición de autoridad dentro de las relaciones. Saturno busca presionar a las personas para que condesciendan una y otra vez, estimula el deseo de hacer sentir culpable a la pareja de la relación. Saturno en la séptima casa puede influir en un individuo para que nunca olvide a las persoans que desfilaron por su vida.

La sabiduría de la Impermanencia ayuda a disminuir la tendencia a criticar a los demás, que se exalta cuando los amigos no se comportan como uno espera. A la gente que tiene a Saturno en esa ubicación le resulta difícil ver cuán rígidos son los juicios o expectativas que alberga sobre otros. También es común que esta gente sea demasiado severa consigo misma.

La mayoría de los problemas de Saturno radican en la inseguridad lo cual tiene su origen en el apego a la permanencia. La Impermanencia implica la mayor de todas las inseguridades: saber que las cosas van a cambiar, hagamos lo que hagamos, produce ansiedad. Est e miedo al cambio estimula a Saturno en la séptima casa a aferrarse de manera inconsciente a los amigos y compañeros. Si la persona afectada por Saturno resolviera sus problemas con la no permanencia, alcanzaría la sabiduría con más facilidad.

Una vez que Saturno en la séptima casa acepta la sabiduría de la Impermanencia se vuelve más reflexivo. Su lado crítico se convierte en profunda conciencia contemplativa. Ningún planeta puede alcanzar la profundidad de pensamiento que Saturno genera. De este modo, un Saturno sabio en la séptima casa puede volverse una fuente de apoyo para quienes lo rodean. Él reacciona con calma ante las contrariedades. Si utiliza la sabiduría puede mover al individuo deliberadamente y consistentemente. El poder de la influencia sabia de Saturno nos permite ser prácticos, confiables y realistas.