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Tao 46, 16 de Agosto : Organización Deng Ming-Dao

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Organización
Pauta y creatividad
Son los dos polos de la acción.

Es sabio el planear cada día. Al establecer metas para uno mismo y organizar actividades a ser realizadas, uno puede estar seguro que cada día estará completo y nunca será desperdiciado.


Los seguidores del Tao usan pautas cuando planifican. Observan las formas de la naturaleza, percibiendo las líneas invisibles del destino. Imaginan una pauta para sus vidas enteras, y de esta forma aseguran el éxito general. Cada día, hacen coincidir las pautas provisorias con sus metas maestras, y así navegan la vida con gracia y seguridad. Es precisamente esta habilidad de discernir y manipular las pautas, desconocidas para el común de la gente que hace a los seguidores del Tao tan formidables.

Cuando pasan cosas impredecibles, aquellos que siguen al Tao también son hábiles en la improvisación. Si las circunstancias no se les dan, cambian inmediatamente. Para evitar confusión, siguen discerniendo las pautas de la situación y crean nuevas, parecido a un jugador de ajedrez al tablero. La creación espontánea de nuevas pautas es su máximo arte.

La meditación de hoy para el hemisferio norte es la 228, Profundidad

Profundidad

La luz matinal ilumina al luchador meditando.
En su mente, incluso un templo de madera es arrastrado.
¿Quién puede desafiar la profundidad del océano?

Había una vez un luchador quien, a pesar de su gran condición física, perdía la mayoría de sus combates. Consultó entrenador tras entrenador, pero nadie podía mostrarle cómo ganar. Aunque no le faltaba fuerza ni habilidad, le faltaba concentración y confianza.

Finalmente, fue a consultar a un maestro de meditación quien aceptó ayudarlo. "Tu nombre significa 'Vasto Océano', "observó el maestro." "Por lo tanto, te daré esta meditación a practicar."

Esa noche, el luchador se sentó solo en el altar y primero se visualizó a si mismo como olas. Gradualmente, las olas aumentaron de tamaño. Pronto, se convirtió en una inundación. Luego la inundación se convirtió en un aluvión, y finalmente en un maremoto. En su mente, todo era barrido ante él: Incluso los dioses en el altar y los maderos del templo eran consumidos en su oleada.

Cerca del amanecer, las aguas se asentaron en un vasto mar sin fin. Esa mañana, el maestro vino a chequear el progreso del luchador y quedó encantado. Supo que el luchador no perdería otra vez.

Para cada uno de nosotros, es sólo la profundidad del carácter la que determina la profundidad con la que enfrentamos la vida. Podemos ya sea aumentar nuestro carácter cada día, o malgastar nuestras energías en distracciones. Aquellos que aprenden cómo acumular carácter cada día logran una profundidad a la que no se puede oponérsele exitosamente.


Publicado por Karin Usach Tao Daily Meditations"

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