Tao 47, 17 de Agosto : Impermanencia Deng Ming-Dao
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Impermanencia
El viento de tormenta
Parte árboles y rocas,
Pero no puede durar un día.
Tanto menos, las obras del hombre.
Cuando golpea una tormenta, un océano entero de viento y lluvia se agotan sobre la tierra. Las hojas son puestas al revés, las ramas son desgarradas, e incluso el duro granito se desgasta. Pero tales vendavales raramente duran un día entero. A pesar de la tremenda cantidad de fuerza que es liberada, la tormenta no puede durar.
Si las obras del cielo no pueden durar un día, las obras humanas deben ser aún menos duraderas. Los gobiernos apenas sobreviven de año en año, las reglas de la sociedad están siendo desafiadas constantemente, las familias se erosionan, las relaciones personales declinan, y la propia carrera se viene abajo. Incluso los monumentos del mundo están ahora siendo destruidos por la contaminación del aire y la negligencia. Nada perdura. Es un simple hecho el que ningún evento puesto en marcha por seres humanos dura para siempre.
Todos nuestros esfuerzos son temporales. Toman prestado de fuerzas preexistentes, se suman a la corriente de eventos naturales, y desaparecen acorde a los dictados de la situación. Es mejor darse cuenta de la naturaleza transitoria de las cosas y trabajar con eso. Entender la naturaleza efímera del mundo puede ser la mayor ventaja de todas.
La meditación de hoy para el hemisferio norte es la 229, Redención
Redención
Medito diariamente ante el altar,
Pero aún sigo cubierto de pecado.
A pesar de los diarios esfuerzos por mejorar, seguimos teniendo muchos defectos. Eliminamos uno, sólo para encontrar nuevos. Nos liberamos de una relación superflua, sólo para encontrar nuevos enredos. ¿Por qué es tan difícil encontrar la liberación? Porque nuestras propias mentes son la fuente de nuestras dificultades.
Cada quien de nosotros que tenga inteligencia y ambición tiene profundo deseo. Queremos cosas. Concebimos estrategias para obtenerlas. Ya sea el casi instintivo apetito por comida o sea deseo revestido en aprobación social, nuestras mentes no descansan nunca en su hambre por satisfacción. Una vez que tenemos deseo, tratamos de alcanzar el objeto de nuestro deseo. Si el alcanzarlo no es exitoso, nos enojamos, nos frustramos, y decepcionamos. Si obtenemos lo que queremos, sólo queremos más.
Este tratar de alcanzar nunca termina. Aunque meditemos, no podemos eliminar este hábito todo de una vez. Por lo tanto, aunque puede que nos sentemos con toda sinceridad ante el altar, debemos también aceptar que no seremos rápidamente redimidos. Los seguidores del Tao saben cómo eliminar el deseo, aceptar los defectos personales y trabajar hacia una paciente eliminación de el hambre de la propia mente por la satisfacción externa.
Publicado por Karin Usach Tao Daily Meditations"




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