La sabiduría de Warren Buffet

La semana pasada hablaba sobre las personas, muy pocas, que tienen un talento fuera de serie para hacer dinero, pero que —incluso si lo desean— no saben hacer nada más. Decía que no era el caso de Bill Gates, quien tuvo la visión y el talento para crear la Fundación Bill y Melinda Gates, que ha tenido un impacto de consideración en el mundo, sobre todo en África. La filantropía es una vocación singularmente bien arraigada en Estados Unidos desde el siglo XIX. Varios de los nombres asociados con ella son célebres hasta nuestros días: Carnagie, Rockefeller, Morgan, Guggenheim. Bill Gates es hoy uno de los ejemplos más ilustres. El otro es Warren Buffet.


Hasta hace un puñado de años, Bill Gates no conocía a Buffet. Dicen que pensaba que no tenía nada en común con él, por lo que programó la reunión para que durara nada más 30 minutos. La reunión duró al final más de 10 horas. Gates le tiene desde entonces devoción al Oráculo de Omaha, una devoción que es correspondida, pues en 2006, Buffet anunció su deseo de dar su fortuna a la caridad por medio de una donación a la Fundación Bill y Melinda Gates. Warren Buffet es uno de los tres hombres más ricos del mundo. La donación que anunció era de 31 mil millones de dólares. Buffet dice que, si el dinero no sirve para compartirlo con los demás, entonces ¿para qué sirve? Y dice también que nada hemos traído al mundo y nada nos vamos a llevar.

Buffet dice muchas otras cosas que quiero compartir aquí. Algunas son cosas que dijo, otras son cosas que dicen que dijo, pero todas ellas comparten el tono y la sabiduría de un hombre conocido por su filosofía de austeridad personal, a pesar de su descomunal riqueza. Estos son algunos de sus consejos:

• No gaste el dinero que no tiene: los créditos y los préstamos fueron inventados por la sociedad de consumo.

• Antes de comprar algo, piense: ¿qué me pasará si no lo compro? Si la respuesta es nada, no lo compre, pues no lo necesita.

• No trate de predecir la dirección del mercado de valores, la economía, los tipos de interés o las elecciones.

• Nunca invierta en un negocio que no pueda entender.

• Si no puede ver caer un 50 por ciento de su inversión sin pánico, no invierta en el mercado de valores.

• La mayoría de los inversores no resiste la tentación de comprar y vender constantemente, pero la piedra angular debe ser el letargo, incluso la pereza.

• Un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien para tener éxito si sabe evitar los grandes errores.

• Invierta siempre a largo plazo.

La compañía de Warren Buffet, llamada Berkshire Hathaway, es dueña a su vez de 63 compañías, a cuyos CEO Buffet les escribe nada más una vez al año para decirles, por medio de una carta, las metas a seguir. Jamás los convoca a reuniones y nunca los llama de manera regular. Les ha dado sólo dos reglas, que voy a citar aquí a pesar de ser mundialmente conocidas, pues explican por qué, a pesar de todo, este hombre es tan rico. Regla número 1: No perder nada del dinero de los accionistas. Regla número 2: No olvidar nunca la regla número 1.
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Carlos Tello Díaz