Auto de los Reyes Magos

El otro día asistí en el Teatro de la Abadía a una obra excepcional: el Auto de los Reyes Magos. Quedé sorprendido con un espectáculo que siguiendo los caminos de la tradición juega con la magia teatral, haciendo participar al espectador.



¿Cómo representar la obra más antigua de nuestro teatro, en castellano antiguo y mantenernos atentos ? Uno de los atractivos de la obra es sin duda el trabajo de Alicia Lázaro con la selección musical que vertebra el auto, y el vestuario de Deborah Macías.

Lo culto y lo popular se dan la mano en la búsqueda y la recreación casi imposible, pero que nos permite imaginar como si fuese posible.

Lázaro rescata el espíritu de Manuel de Falla, que en 1923, musicó el Auto para una representación de títeres.

Ana Zamora resalta el carácter de su "juguete escénico que resulta casi tan inverosímil como lo es la propia historia de las religiones: sibilas, profetas, evangelistas, reyes magos, pastores, animales, lavanderas, rabinos... autómatas que conviven abigarrados en el interior de un capitel románico".

"Una fantasía impregnada de espíritu medieval", en palabras de la directora.

Al salir permanece la sensación difusa de haber asistido a una representación muy especial, con el alma de un circo en que leones y pájaros se confunden con un ángel al ritmo de un incensario que marca el ritmo y el tiempo. Y como disculpa la búsqueda de una estrella que anuncia algo raro...

El trabajo del equipo del "Auto de los Reyes Magos" me pareció excepcional, entre tanta repetición de las mismas fórmulas, entre tantos regalos que cambian de papel y esconden el mismo contenido anodino, entre tanta tertulia que machaca los mismos temas... Se pueden hacer las cosas de otra manera.

Me encantó comenzar a celebrar la navidad con otros placeres.

Y la historia es antigua. Del siglo XII: unos extraños reyes ven aparecer una estrella y se les ocurre una estatagema con oro, incienso y mirra. Todo depende de como nos cuenten las historias...