Grafología la escritura de «El Rafita»Dominado por la ira y la falta de control

Egocéntrico, antisocial y sin control. Con estas palabras definieron expertos en grafología la escritura de «El Rafita» el pasado mes de noviembre como ya adelantó LA RAZÓN. El asesino de Sandra Palo envió al juez de menores una carta plagada de faltas de ortografía tres meses antes de la única fuga que reconoce la Comunidad, en mayo. El joven pedía tres días para acudir a ver a su familia, ya que «iba a nacer un nuevo sobrino mío». Para dar motivos al magistrado y conseguir su ansiado permiso, «El Rafita» hace hincapié en su buena conducta en el centro de menores.
«Estoy buscando –escribe– un trabajo con colaboración mínima porque a cada sitio que voy casi siempre tengo que marcharme por culpa mía y de los demás como amigos que me hecho y me venden y por los medios de comunicación, pero la verdad es que me estoy comportando (...)».
Tras el análisis de la misiva los expertos determinaron la personalidad de «El Rafita» está dominada por la ira oculta, la falta de control, la incapacidad de relación con los demás y de empatía o reconocimiento de los sentimientos ajenos. Un joven que trata y consigue parcialmente, ocultar su tensión interna bajo un aspecto socializado pero que disfraza a duras penas su conflictividad y está absorbido por su propio ego. En la misma carta, «Rafita» cuenta también que está llevando a cabo trabajos de ayuda social y los detalla.
El juez negó la autorización de permiso. Alegó, para justificar su decisión, que se trataba de «evitar la alarma social y garantizar la debida protección del menor», además de añadir que este «no presenta aún una normalidad plena» y que «sus comportamientos son aún escasamente responsables », siendo necesarios «un control externo y una atención especializada».