Comentario y resumen del capítulo de Escobas y aquelarres
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El autor nos cuenta que unas 500.000 personas fueron quemadas por brujería en Europa entre los siglos XV y XVII. Los crímenes de estas eran: pactos con el diablo; viajes por el aire mediante la escoba para ir al aquelarre, que era ilegal; adorar a los diablos; besar al diablo bajo la cola; copulación con íncubos (diablos masculinos con penes fríos); copulación con súculos (diablos femeninos); y otras acusaciones. Aunque más de una bruja fue quema da sólo por viajar en su escoba a algún aquelarre. Atrocidades mil, pero que al fina y al cabo sucedieron así.
Entonces el señor Harris, nos distingue dos enigmas diferentes acerca de la brujería: el primero es, por qué alguien creyó que las brujas volaban con escobas, y el segundo, es por qué esta noción llegó a ser tan popular en los siglos XVI y XVII.
El primer enigma, nos dice que según varios historiadores, todo lo que se refiere a pactos con el diablo, vuelo de escobas y aquelarres, era un invento de los cazadores /quemadores de brujas. Personalmente pienso lo mismo porque, en parte cuesta mucho creer que lo de las brujas sucediera. Estos impresentables (cazadores), torturaban a las llamadas brujas para que confesaran, hasta que las brujas confesaban lo que ellos querían.
Hay un historiador, Charles Henry Lea, que hizo un estudio de 1601, en el cual se explica que en Alemania, dos brujas vagabundas, acusaron después de las torturas habituales, a la esposa del panadero del pueblo, que era Else Gwinner, ésta primero le negó todo pero al final de la tortura confesó que había mantenido relaciones sexuales con el diablo. Después fueron a buscar a su hija Agathe, y ésta confesó que lo de su madre era verdad y que ella también participaba, pero lo mejor del caso es que ante su madre no lo confesaba así. Else fue sometida a muchas más torturas, la cogían de los brazos, atados previamente a la espalda y la estiraban con violencia hacia arriba. En una de las confesiones dijo el nombre de dos personas más, que estaban en uno de los aquelarres. Tiempo más tarde fue quemada en la hoguera.
Los cazadores de brujas tenían muchos utensilios para realizar las torturas, como zapatos con objetos punzantes, cintas con agujas, la estrapada, el potro o la empulguera entre otros. Por qué tenían que acabar con las brujas y torturarlas de esta manera, por qué acabar con las brujas, tan molesto era todo.
Por otra parte Johann Matthäus Meyfarth (crítico contemporáneo), había visto gran número de atrocidades, que son para mi gusto, demasiado fuertes y repugnantes como para volverlas a leer.
Lo mejor del caso, es que toda confesión arrancada bajo tortura tenía que ser confirmada antes de que se dictara sentencia, así que no se sabe quien era bruja realmente y quien no, si alguien lo era de verdad. Así la Inquisición se limpiaba las manos. Otra cosa graciosa que cuenta este hombre que a una supuesta bruja se le torturó durante tres días, y al final confesó haber visto a un hombre en el aquelarre, que realmente no estaba en él, a lo que llegaría la tortura para culpar a otros, sin más.
Después nos cuenta el autor, que en Europa la locura por la brujería y su exterminación fue mayor que en todo el resto del mundo. Por otra parte, “la iglesia que es buena”, en el año 1000 decía que lo de los viajes eran ilusiones que hacía soñar el diablo, 500 años después ya se decía que había una asociación con el mismo diablo.
Lo tenían bien montado los cazadores de brujas, ya que por cada bruja que confesaba salían más, y además la familia tenía que pagar los gastos y demás, terrible realmente. Según la Iglesia el aquelarre era un invento de la imaginación, no una herejía, pero igualmente se iba a la hoguera. Cambia la palabra pero no el hecho. Hubo Papas, sobretodo en Alemania que dieron bulas a los inquisidores para que pudiesen quemar en paz a las brujas. No se sabe a quien se tuviese que haber quemado antes.
Los señores Institor y Sprenger, dijeron en su tiempo que lo de los aquelarres eran imaginaciones y delirios de las propias brujas. Con ellos también estoy de acuerdo, ya que vendría a ser el tema de los ungüentos, como muchas de las drogas que hay ahora, que según dicen te transportan por la imaginación.
Y todo esto era una especie de provocación para el Canon Episcopi. Por todo lo malo y atroz que sucedía se culpaba a las brujas, hacían como he dicho anteriormente de cabeza de turco.
Según el profesor Michael Harner, las brujas recopilaban ungüentos mágicos para volar con sus escobas y los ponían en la escoba y se untaban con ellos. Después se relata todo de fuentes donde se verifica todo esto. Harner hizo la prueba con algunos de sus pacientes, y les puso un poco de ungüento, estos pacientes se dormían y cuando se despertaban contaban al profesor lo que les había sucedido, era una especie de largo viaje. El profesor Harner descubrió que en Europa hay una serie de plantas, ungüentos que seguramente utilizarían las brujas que se llaman, la mandrágora, el beleño y la belladona. La aprobación de estos ungüentos probados en algunas personas reafirman que tuvieron sueños como si estuviesen en orgías medievales o sensaciones embriagadoras de volar. Estos ungüentos alucinógenos explican la muerte de 500.000 personas por crímenes cometidos en los sueños de otra persona. Los ungüentos siempre se ponían antes de asistir al aquelarre, el problema a lo mejor era que había mucha gente volando, y esto les empezaba a poner nerviosos a muchos cazadores de la Inquisición, y porque no también a la misma Inquisición.
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