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El curanderismo, muy lejos de la medicina

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Siempre existe un curandero que sepa como curar el empacho, el mal de ojo o bien para sanar a alguien físicamente. En cada pueblo o ciudad, existen estas personas, que no se han recibido de médicos y sin embargo sanan a las personas. Aquí es donde entra en acción la religión y la magia.


La fe es el pilar fundamental en la curación Una de las más famosas enfermedades de las cuales se encarga el curandero es la de curar el empacho. El empacho, que no existe para la medicina, se puede descubrir mediante varios síntomas como vómitos, diarrea o falta de apetito, que generalmente es ocasionado por “algo que cayó mal”. Con mucha frecuencia en los pueblos, pero también en la ciudad, siempre hay alguien que sabe como curarlo, por lo general se trata la mayoría de las veces de una señora o un señor mayor. Las formas de curarlo son tres: la cinta, la tirada de cuerito y la cura a palabra. -La primera consiste en una cinta, que generalmente es un centímetro, o un cordón. El mismo se extiende desde el codo a la punta de los dedos tres veces consecutivas. Al realizar esta acción el curandero dice palabras ininteligibles. La cinta o el centímetro, van cambiando de medida y esto indica que el empacho se está curando. -La tirada del cuerito consiste en que el afectado por el empacho se coloca boca abajo sobre una camilla y el curandero toma la piel de la espalda y comienza a estirarla hasta que se siente un ruido que informa que fue separado del otro “cuerito. Esta acción da final al empacho. -La curación por medio de la palabra consta solamente de dar el nombre completo del empachado al curandero y este lo sanará por medio de una oración. -Sin embargo hay otro método poco conocido, es el de colocar una hoja de acelga sin sal sobre el estómago todo el tiempo posible y cortarla la mañana siguiente. María Susana Acosta, quien se dedica a sanar este malestar nos comentó sobre el tema: “Mi papá curaba y a mí me interesaba mucho, yo lo sentía. Cómo era chica, mi papá me dijo que me iba a enseñar en un momento determinado porque tenía que llegar Semana Santa o las Fiestas para pasármelo” Sólo las personas que curan pueden saber el cómo se realiza la curación, los demás no pueden a menos que quieran llevarlo a la práctica y volverse curanderos “No puedo decir el cómo se cura, porque al decirlo debería pasárselo a otra persona, y tiene que ser en fecha de Semana Santa”, explicó. “Quien le pasa la herencia del “don” de curar a otra persona, debe dejar de curar, ya que pierde esa esencia que tienen los curanderos.”, agregó. También habló sobre el enfrentamiento del curanderismo con la medicina, y dijo que el saneamiento que ella realiza tiene que ver exclusivamente con la fe, la creencia y la religión. Por esta razón deben tener fe tanto el que está curando, como el que quiere ser sanado: “es el pilar fundamental de la curación del empacho”, explicó María Susana. También explicó que luego de curar a una persona empachada, se le producen granes bostezos cuando se trata de un empacho muy fuerte. Además comentó que a las personas más cercanas a ella, como sus hijos o su madre, es más difícil realizar la curación y que muchas veces al tocarlos, al mantener contacto físico con ellos, puede descubrir que se encuentran empachados, vuelve a surgir ese bostezo característico. Para finalizar con la entrevista María Susana nos contó sus métodos de curación. Ella concurre al método de la cinta con la persona presente, o también puede curar a la distancia mediante el cuerpo de otra persona. OTROR MALESTARES Otra de las “enfermedades” que sana el curandero es “el mal de ojo”. El Mal de Ojo es uno de los trabajos de brujería que más temen algunas personas. Puede ser dado de manera voluntaria o involuntaria, y es, según la creencia popular, efecto de la envidia o admiración del emisor, que a través de su mirada provoca un mal en el envidiado o admirado. La mirada del causante de este mal puede ser directa, o simplemente a través de pensamientos. Hay varias técnicas para curar este mal, quemar sal, la sal que trepa y el agua en aceite. -En el primero se debe preparar una pequeña vasija en la cual se echará alcohol y se prenderá. Según va ardiendo, la persona que tiene mal de ojo, tomará sal gruesa y la pasará por sus manos hasta echarla en el fuego. Si los chasquidos de la sal al irse quemando son muy fuertes, la persona tiene mal de ojo, si ocurre lo contrario, significa que no lo tiene. -En el segundo caso se deberá tomar un plato, en el cual se echará vinagre y unos puñados de sal gruesa. Dicho plato se pondrá debajo de la cama de la persona que tiene mal de ojo; si al cabo de tres días la sal ha trepado por los bordes del plato, esto significa que la persona tiene mal de ojo. -Y el último método consiste en colocar agua en un plato y pronunciar el nombre completo de la persona, al decir este, se echarán tres gotitas de aceite en el agua. Si el agua hace burbujas, quiere decir que la persona tiene mal de ojo. A la hora se vuelve a repetir este método y si las burbujas ya no son tan intensas, afirma que este mal se ha ido. Otro tipo de curación es el método de escuchar. El curandero escucha los problemas del enfermo, realiza varias oraciones y da soluciones concretas a situaciones de la vida cotidiana. El rasgo más significativo de estos curanderos, es la práctica de la oración y la fe en un ser supremo: Dios. El curanderismo también se apoya en un fuerte sustrato de índole mágico y mítico. Se dice que el curandero realiza trabajo de brujo o magia negra.



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