Sueños, expresión del Inconsciente

El dormir es una actividad que implica el descanso corporal que es parte del ciclo vital. El buen dormir se caracteriza por un relajo y entrega de lo corporal a lo inesperado, ya que todos los sistemas de alerta se apagan. Si bien se suspende la actividad consciente, se abre la ventana para que otros elementos se manifiesten, que son aquellos que pertenecen al inconsciente.

El inconsciente es otro espacio de la psique humana de la cual poco conocemos. Para hacerse una idea de la forma y dinámica de lo consciente versus lo inconsciente, utilizaré la metáfora del iceberg, donde se homologan los elementos conscientes a aquellos hielos visibles sobre el agua y los inconscientes a todo lo invisible e inconmensurable que se encuentra bajo el agua.
El inconsciente tiene muchos elementos. Si bien incorpora los conflictos, traumas, y necesidades, también incorpora elementos sanadores que catalizan procesos internos con bastante sabiduría. Se podría decir, que hay una inteligencia autónoma que regula el inconsciente, la cual se manifiesta simbólicamente a través de los sueños, con la finalidad de brindarnos información sobre lo que no alcanzamos a darnos cuenta durante el día.
Si bien los sueños son una fuente de sabiduría y guía interna, hay que aprender a interpretarlos, ya que se expresan de forma simbólica. Cada persona construye los significados de algunos símbolos desde su experiencia personal. Otros significados, se generan desde interpretaciones colectivas que tienen determinados elementos e imágenes. Por ejemplo, la figura de la Madre, sólo al nombrarla llegan a la consciencia los significados de maternidad, contención, alimento y protección. Es un símbolo universal, cuyo significado es compartido por todos.
Entonces, para entender los sueños, por una parte, hay que lograr articular y dar sentido a los diferentes símbolos que aparecen, pero por otra, incorporar además las sensaciones sentidas en el sueño. Por ejemplo el soñar que se está bañando en un lago de aguas claras con una sensación agradable, no es lo mismo que soñar bañándose en un lago de aguas claras con una sensación de desesperación.
Importante destacar, como mencioné al principio, muchos de los símbolos son creados desde la experiencia personal, por tanto los diccionarios de sueños, al contrario de ser una guía se puede generar confusión. Lo mejor, al momento de preguntarse por algún elemento que aparece en un sueño que se quiere significar, es preguntar ¿qué significa para mí este elemento? Por ejemplo, si se sueña con una vaca, la pregunta es ¿qué significa para mí una vaca? Alguna persona podría sentir que la vaca es alimento y ternura, sin embargo, otra podría recordar alguna experiencia traumática donde estuvo involucrada una vaca, por tanto ser símbolo de temor y desagrado. Así se van descubriendo los propios significados.
Al interpretar los sueños, se va encontrando el sentido, la parte de la vida que se quiere reflejar, quizás el conflicto que no se quiere ver, pero lo maravilloso es que también señalan la solución, de ahí la sabiduría del inconsciente. La confusión externa, se torna claridad durante las noches, señalando una guía y camino para avanzar, de acuerdo a las propias necesidades y deseos.
Se podría decir que el soñar es como un faro emocional, que alumbra y guía, siempre y cuando nos propongamos recibir su señal.
Familiarizarnos con los sueños, puede marcar un antes y un después respecto de cómo nos vinculamos con nosotros mismos, con los demás, con nuestro pasado y con nuestra construcción del futuro.


COLUMNISTA: María Francisca Morales
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