Cómo afrontar el miedo a lo que vendrá
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La incertidumbre de no saber qué pasará mañana suele generar en algunas personas cierta angustia y ansiedad. Pero, en ocasiones, el temor se convierte en patológico, al punto de paralizar a la persona que lo sufre. Una especialista explica las causas que pueden llevar a esta situación y cuál es la mejor forma de afrontarla. “El temor a lo desconocido es universal, todo el mundo lo tiene; es algo que tiene que ver con la condición humana”, explicó en una entrevista con La Prensa la doctora en Psicología Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Sin embargo, en algunas personas el miedo al futuro es tan grande que excede la capacidad de manejarlo de quien lo padece. Esto puede derivar en situaciones de angustia o ansiedad, que incluso requieren la consulta a un especialista. - ¿Qué es el miedo?
- El miedo es un afecto displacentero que se siente frente a una situación que se considera peligrosa, frente a algo puntual. Es la sensación de que algo amenaza a la persona desde afuera.
- ¿Cuáles son los síntomas físicos y psíquicos más comunes del miedo?
- El miedo va de la mano de la angustia y la ansiedad. Hay un montón de sensaciones corporales asociadas, como sudoración, irritación o taquicardia, que canalizan esa tensión en el cuerpo.
A veces, cuando sentimos miedo, nos paralizamos. Y el miedo a lo desconocido fundamentalmente tiene que ver con el miedo a lo incierto, eso que está por venir que uno no conoce.
- ¿Hay perfiles de personas que son más susceptibles a sufrir este tipo de miedo al futuro?
- Sí, en general las personas más aprehensivas, las más débiles, ya tienen una estructura de personalidad fóbica por la que sienten esa angustia de desamparo frente a lo incierto y desconocido del futuro.
- ¿Hay una edad a la que suele manifestarse este tipo de miedo con más frecuencia?
- Sí. Los adultos mayores suelen tener mayor incertidumbre y mayor temor a lo desconocido. Pero de todas maneras, es un miedo que atraviesa cualquier edad. Hay etapas en la vida en las que las personas se enfrentan a la incertidumbre, ante una operación, una enfermedad, la pérdida de un ser querido, o una crisis económica e incluso en situaciones positivas, como el nacimiento de un hijo, o un matrimonio.
- ¿Los niños experimentan estos temores?
- Generalmente, los niños pasan por una etapa de mucho miedo, que se llama “histeria de angustia infantil” y abarca desde los tres hasta los cinco años, aproximadamente. Es una etapa llena de miedos, llegan a sentir temor a todo. Hay chicos que durante la infancia también tienen miedo a lo desconocido y prefieren los lugares familiares.
- ¿Cuánto incide el contexto en la posibilidad de padecer miedo al porvenir?
- Mucho. Por ejemplo, cuando hay épocas de crisis, se acentúan esta clase de miedos.
- ¿Cuándo el temor a lo desconocido puede convertirse en una patología?
- Como todo miedo, cuando aumenta la angustia y paraliza al sujeto e inhibe su vida en general -social, afectiva, laboral-, estamos ya en el terreno de lo patológico. Esto sucede, por ejemplo, si una persona tiene la posibilidad de progresar y por temor a lo desconocido, a la incertidumbre, se niega a aceptar otro cargo mejor en su empleo. Hoy en día está lleno de personas que nunca pueden avanzar en la vida porque no salen de lo conocido y familiar. Esta situación patológica incluso llega a empobrecer a la persona.
- ¿Qué alternativas terapéuticas hay para las personas que advierten que les está pasando esto?
- Además del psicoanálisis, hay terapias puntuales y hay numerosos abordajes desde otros marcos teóricos. El psicoanálisis, mi especialidad, garantiza llegar al núcleo del problema para resolverlo.
- ¿En qué consiste el mecanismo de trabajo del psicoanálisis en el tratamiento de los miedos?
- Se procura ir desanudando, desde aquí hasta donde se llegue, todo lo que hay debajo del miedo a lo desconocido hasta llegar a la causa. Puede haber situaciones de mucho desamparo, puede haber una situación traumática… vamos viendo cuáles son los afectos, emociones y representaciones que hay detrás de este temor.
- ¿Hablar de los propios temores puede ser beneficioso?
- Por supuesto. Siempre ayuda hablar porque enlaza la angustia a la que te remite el miedo con esto que está debajo.
- ¿Qué se hace una vez identificada la causa “detrás” del temor?
- Según mi experiencia, en la medida que la persona va identificando los motivos, va pudiendo enfrentar y traspasar los miedos.
- ¿Es bueno sentir algunos miedos?
- Sí, los miedos tienen su costado positivo porque ayudan a las personas a cuidarse y a estructurar su mente.
Fuente La Otra Realidad
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