La carta astral JOSÉ HERNÁNDEZ

Hace 5.000 años, en el antiguo Egipto, aquel que pretendía iniciarse en los misterios del esoterismo, de la astrología, y seguir una vía de sabiduría, debía colocarse al frente de la Esfinge y contestar tres preguntas: ¿De dónde vienes? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Hacia dónde vas? Si el aspirante acertaba en las respuestas, entonces tenía acceso a las Cámaras de Iniciación y a las Pirámides de Gizeth, donde tendría la oportunidad de perfeccionarse tanto en su desarrollo intelectual como en la realización de su vida. Si no lo hacía, el aspirante debía pasar por largos períodos de reflexión y de estudio.



Es oportuno recordar que el propósito de la astrología más que la divulgación de las llamadas "mancias" o estudios de la "suerte", es dar a conocer el destino de la humanidad en su proceso evolutivo. Es ofrecer a los seres humanos una herramienta para su bienestar.

La carta astral nos da suficientes elementos para conocer los rezagos kármicos que cada individuo trae de sus vidas precedentes. El estudioso de la Astrología, más temprano que tarde, termina aceptando que todos estamos en una escuela de la vida y que podemos trascender los condicionamientos del pasado.

Así, trabajar para desarrollar el potencial evolutivo que cada quien posee en esta vida es nuestra responsabilidad. Ello nos proporciona, además, una mayor integración al plan cósmico del cual formamos parte.

La astrología nos ayuda a ver nuestras propias limitaciones, no solo a nivel de los hechos aparentes sino también de las causas y de las alternativas de solución. Los rezagos kármicos son aquellos desperfectos que no hemos podido trascender y que ahora constituyen limitaciones físicas, psíquicas, mentales, de salud o de las circunstancias que nos corresponde superar a lo largo de la vida o en tiempos específicos.

Conocer el origen de los problemas es dar el primer paso para llegar al descubrimiento de nuestro ser o más aún a la realización del mismo. Sin embargo, es necesario saber que ningún sistema es bueno si no va acompañado de la firme voluntad para afrontar nuestros propios errores y de las acciones en consecuencia. Aquí, en este mismo tiempo, contamos con todas las posibilidades para la solución y la superación de nuestros problemas. Entre el pasado, el presente y el futuro, es el presente donde debemos ubicar el foco de nuestra atención. Hay que trabajar con la única verdad que tenemos al frente: el Aquí y el Ahora.

Nota: La Gran Fraternidad Universal invita a una práctica de yoga y de vida en un Ashram del 11 al 18 de agosto, en las montañas de Mérida. Información (0416) 9435599.