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Safari Ártico en la Laponia finlandesa, la tierra de Papá Noel

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Todo ocurrió de repente, cuando cenaba en un pequeño restaurante de Helsinki y decidí organizar una aventura por tierras del Círculo Polar Ártico.
El principal objetivo era probar la capacidad física a la que me había estado preparando en los últimos meses, con la práctica de algunas técnicas de supervivencia.
La aventura consistía en recorrer, en un trineo tirado por siete perros, una zona nevada del norte de la Laponia finlandesa por donde había viajado en varias ocasiones.

Una mañana fría volé hasta la pequeña localidad finlandesa de Ivalo, más allá del Círculo polar Ártico, donde me esperaba un viejo amigo lapón con los preparativos necesarios para aquel periplo.

Le había pedido que preparase un par de trineos tirados, cada uno, con media docena de perros haskys y así poder comenzar el recorrido que habíamos establecido semanas antes.

Estudiamos la ruta y pude comprobar que no estaba muy erróneo en mis cálculos, aunque gran parte de la misma deberíamos localizarla con la ayuda de una brújula, el guía y algo de suerte.

Si existe algo que llame la atención a los turistas cuando visitan Finlandia es, sin lugar a dudas, la región de Laponia.

Pocos lugares del mundo reflejan la riqueza de su naturaleza, sobre todo durante la estación blanca, cuando el suelo y los millones de abetos se cubren de nieve consiguiendo una gama de contrastes multicolores que es digno de toda admiración.

De todos es sabido que Finlandia, situado al norte de Europa, es un país polifacético.

Sus paisajes varían desde los imponentes bosques de abetos del sur y del centro del país hasta la tranquilidad de los cerros del norte, es decir, de la Laponia, una región que se extiende por el norte de los países nórdicos, como es el caso de Suecia, Noruega y Finlandia, al igual que por una pequeña zona de la Taiga rusa, concretamente la que linda con la península de Kola.

Aquí, en esta parte de Finlandia, viven los lapones, que no superan los 35.000 individuos, y que con el paso del tiempo y del avance tecnológico, es difícil poderlos contemplar en su estado más primitivo ya que últimamente se han ido incorporando más y mejor a la sociedad de consumo a la que pertenecen, es decir, al mundo del turismo.

Dicen que en la Laponia finlandesa hay más renos que personas.

La verdad es que el pueblo lapón, antaño nómada, ha vivido siempre de la cría del reno.

Una práctica que sobrevive hoy en día y que además se ha convertido en una atracción turística.

En esta región finlandesa existen multitud de posibilidades para poder disfrutar de unas agradables vacaciones, tanto en invierno como durante el verano, ya que el país ofrece dos caras: la blanca, es decir la nieve, donde se pueden practicar todas las modalidades del esquí, hasta los safaris árticos; y la del verano, con la exuberante naturaleza salvaje, sin olvidarnos del famoso Sol de Medianoche.

Dado que el frío fue el mayor enemigo con el que me encontré durante el tiempo que duró la travesía, me equipé con un buen mono térmico para aguantar temperaturas de -20 grados centígrados.

Cargamos el trineo con material y provisiones y comenzamos el recorrido por tierras laponas.

La primera parada fue en las cerca¬nías de la ciudad de Kirkenes, situada al noroeste de Noruega, en la frontera entre Noruega y Rusia, donde acampamos y pudimos pescar algunos salmones y arenques en un agujero que perforó mi guía en un pequeño río que estaba congelado.

Se trata de una técnica muy usada en estos países durante los meses de invierno.

Al principio, el viaje resultó muy duro y confuso, al menos para mi, aunque poco a poco pude ir conociendo a los perros y familiarizándome con ellos para poder seguir el camino que nos conduciría hasta la meta final.

Comprobaba, con el paso de los días, que el viaje se hacía más y más emocionante, lo cual me daba ánimos para continuar aquella aventura por el desierto blanco de la Laponia finlandesa.

Poblaciones como Utsjoki, Karigasniemi, Angeli, Lernmenjoki y otras de menos importancia fueron testigo de mi paso por esa hermosa tierra, hasta que llegamos a Enontekio, capital de esa región, una semana después.

En el centro de la ciudad nos esperaba una pequeña comitiva de lapones, o samis, que es como ellos prefieren que se les llame, vestidos con el tradicional atuendo multicolor, para saludarnos y ofrecernos su hospitalidad.

Era sorprendente verlos cuchicheando, el uno con el otro, como si acabaran de ver a unos seres de otra galaxia.

Sin embargo, aquel gesto por parte de los samis me motivó tanto que desde entonces no he dejado de visitar Laponia.

Como organizar un Safari Ártico en Laponia

Con el paso del tiempo, infinidad de artistas han podido crear sus obras inspirándose en la belleza de la Laponia finlandesa, cuya capital, Rovaniemi, se encuentra en medio del Círculo Polar Ártico. Y, si a todo esto le añadimos una pincelada de alegría y buen humor, nos encontraremos realizando un Safari Ártico en trineo tirado por una docena de perros, o en un trineo de renos, o en moto de nieve si se prefiere.


Claro que esto no es más que una posibilidad a la hora de practicar esta simpática modalidad aventurera, pues existen otras muchas como son los cursos de supervivencia ártica, las travesías en un rompehielos por las aguas del Golfo de Bótnia, como es el caso del rompehielos Sampo...



Porque Laponia, es una tierra llena de encanto, misterio y peculiaridades. Una peculiaridad que comienza con los propios lapones, pues a pesar de vivir en el norte de los Países Escandinavos, su origen es completamente diferente al de los nórdicos.

Los lapones son morenos, con rasgos duros, relativamente bajos de estatura y de constitución fuerte, habitualmente viven de la cría del reno, y tienen su propio idioma y su propia cultura.

Esta cultura está continuamente en Laponia, en sus fiestas, en su artesanía, en su gastronomía, y hasta en su música.

Cuando se llega a la Laponia finlandesa, lo mejor es dirigirse al hotel o a la cabaña donde vamos a vivir durante el tiempo que estemos en esta región del norte de Finlandia, a no ser que llevemos concertado un viaje desde nuestro punto de salida, lo cual nos facilitará mucho las cosas.

Una vez instalados, conectaremos con alguna de las agencias que se dedican a organizar Safaris Árticos, los cuales varían según el gusto del cliente. Estos safaris suelen durar entre algunas horas, o varios días, dependiendo del aguante del propio cliente.

La mayoría de estas aventuras se desarrollan en las cercanías de Rovaniemi, así como en otras localidades finlandesas, como son Inari e Ivalo, donde posiblemente se encuentre uno mucho más a gusto.

Cualquiera que haya leído la obra de Jack London tendrá grabada en su mente una imagen fascinante de una naturaleza cruda e inhóspita, muy parecida a la región finlandesa de Laponia.

Una naturaleza que existe en la vida real y que además está esperando nuestra visita.

Los Safaris Articos a los que me refiero son una experiencia única, que nos conducirán por una tierra montañosa y deshabitada, situada del Círculo Polar, y que están llenas de magia, con recorridos por entre los bosques blancos de nieve espesa, y pernoctaciones en las típicas tiendas laponas (tipis), donde cada mañana podremos desayunar un café caliente, acompañado de carne de reno ahumada, salmón, y posiblemente pan recién hecho.

Claro, que antes de nada habrá que tomar un traguito de vodka o cualquier otro brebaje para calentar el cuerpo.

Aprenderemos a guiar un trineo, de perros o de renos, a pescar bajo el hielo, a orientarnos por las escasas estrellas que aparezcan día a día, en definitiva, a sobrevivir con temperaturas de muchos grados bajo cero.

Pero no tenemos que preocuparnos, ya que todas y cada una de las agencias que organizan estos safaris árticos tienen un personal muy cualificado, y cuentan con un material especial para las bajas temperaturas, por lo que no tendremos que llevar nada del otro mundo desde nuestra ciudad de origen, en cuanto a ropa y equipo de frío se refiere.

Y, si tanto nos gusta la nieve por qué no probar también el hielo.

Las aguas heladas del Golfo de Botnia son las protagonistas de una aventura única que comienza en la ciudad de Kemi, situada a poca distancia de Rovaniemi, en donde podremos embarcarnos a bordo del rompehielos Sampo.

Desde aquí, parte diariamente, durante los meses de febrero y abril, un famoso barco que durante más de 30 años desempeñó otra función muy distinta, la de abrir un camino a los barcos que navegaban por el mar del Norte, y que no podían seguir a causa de los grandes bloques de hielo que se acumulaban bajo sus quillas.

Hoy en día, el Sampo realiza un recorrido, entre Kemi y las costas de Suecia, por el norte del Golfo de Botnia, destinado principalmente al mundo del turismo.

Un diploma para valientes

Cuando se llevan recorridas algunas millas, el rompehielos Sampo hace una parada en mitad del mar helado con un doble objetivo: Por una parte, encontrarnos con la gente que al principio prefirió hacer el trayecto en moto de nieve, siguiendo la misma ruta que el rompehielos, aunque por diferentes caminos, y por otra, los más osados ya caminan hacia los camarotes para embutirse en un traje especial de neopreno que flota sobre el agua helada y mantiene una temperatura interior de entre 18 y 20 grados durante algo más de cuatro días, aunque el objetivo no es estar todo ese tiempo en remojo, sino darse un chapuzón y regresar al barco para tomar una taza de café calentito.

El famoso baño se da en una especie de piscina que resulta de horadar el hielo con la proa del barco, consiguiendo bloques helados de hasta un metro de espesor.

La experiencia es ciertamente singular y muchas de las risas tienen un punto de nerviosas.

Al final de la experiencia nos espera un premio que será entregado por el propio capitán del Sampo: un diploma con su firma que acreditará que nos hemos bañado en pleno Golfo de Botnia durante uno de los meses más fríos del invierno.

Una visita a Santa Claus en Rovaniemi

Siete renos de aspecto bonachón tiran con suave elegancia un trineo cargado con paquetes multicolores de todos los tamaños. Las campanillas tintinean con aire festivo en medio de un bosque de abetos y abedules adornados con copos de nieve.

Parece una estampa navideña sacada de un libro de cuentos infantiles en el que Santa Claus, o Papá Noel, como se prefiera, va a hacer acto de presencia en cualquier momento.

De pronto, la inconfundible figura del viejo vestido de rojo con larga barba blanca sale de una pequeña casita de madera que hay en medio del bosque e iluminada con cientos de velas.

Una alegre algarabía de pequeños y juguetones gnomos que bajan atropelladamente por las escaleras del exterior de la casa saludando al venerable anciano, al que llaman Santa. Los pequeños hombrecillos rodean al Mago de los Sueños, agitando unas tenues velas que ponen una nota cálida en medio de los 15º bajo cero que hay en el exterior de la casa.

No hay más que dar una pequeña vuelta por la ciudad finlandesa de Rovaniemi, con una población que no sobrepasa los 40.000 habitantes, para darse cuenta de que aquí quien manda es Santa Claus.

Recordemos que Rovaniemi es la capital de la Laponia finlandesa, además de la principal ciudad de esta parte del norte de Finlandia y que se encuentra atravesada por el Círculo Polar Ártico.

Un rincón de Laponia que respira a Navidad en cualquier época del año por los cuatro costados, y donde los días de estancia se hacen tan cortos como la luz del sol en los meses del invierno. Sin embargo, es un punto de destino turístico de características únicas debido a su ubicación y servicios.

Todavía hoy en día, es la tierra prometida de los exploradores, al igual que ocurrió en la época de los cazadores, leñadores y buscadores de oro cien años atrás, cuando llegaban hasta este lugar desde muy lejos para buscar fortuna.

Algo muy parecido a lo que ocurre hoy con el mundo del turismo, donde llega la gente para ver al Mago de los Sueños, el legendario Papa Noel con su mágico trineo con el que se desplaza a los confines de la Tierra.

Un gracioso y afable gordinflón que cada 24 de diciembre emprende su largo periplo por las miles de chimeneas de las ciudades y pueblos del mundo para llenar de regalos y juguetes los calcetines de niños y mayores.

Según una tradición local finlandesa, Santa Claus nació en el monte Korvatunturi Fell, en Savukoski.

De acuerdo con la realidad, fue en 1927 cuando un avispado locutor de radio lanzó la idea del Santa Claus finlandés, lo que hizo que se desarrollara un gran plan estratégico.

Otros países, desde Estados Unidos hasta Australia, pasando por Turquía, Suecia o Dinamarca, reclaman el honor de ser patria de Santa Claus.

Pero ha sido y es la ciudad de Rovaniemi el verdadero hogar de Papá Noel, al que acuden cada año miles de niños y adultos para saludar y entregar sus cartas al Mago de los Sueños.

GUÍA VIAJERA

Como Llegar:

Para entrar en Finlandia solo se precisa el DNI, o el pasaporte en vigor, ya que se trata de un país perteneciente a la CE. La compañía aérea Finnair vuela desde Madrid y Barcelona todos los días hasta la ciudad de Helsinki, para desde allí conectar con otros puntos del país, como es el caso de Rovaniemi e Ivalo. La tarifa más económica es a partir de 259€, aproximadamente, para el trayecto de ida y vuelta hasta la capital de Finlandia. También se puede volar desde Madrid hasta Helsinki, vía capitales europeas, con otras compañías.

Lo más característico de la Laponia finlandesa a la hora de las compras son los artículos realizados por los propios lapones, como las pieles de reno, cuchillos con empuñadura de madera y de asta, cuencos para beber, bordados, etc.

Direcciones Utiles:
Turismo de Finlandia
http://www.visitfinland.com

"Finnair" (Lineas Aéreas Finlandesas)
Tel: 901888126
http://www.finnair.es

Embajada de Finlandia en Madrid
Pº de la Castellana, 15, Tel: 913196172

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