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Italia. Navidad, día del pan

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Italia, país con una fuerte tradición y producción culinarias, ofrece en Navidad, además de sus habituales exquisiteses, una enorme variedad de dulces, que vale la pena recordar. Los dulces navideños han ocupado siempre un lugar destacado en la mesa y en las cestas navideñas de los italianos. Llenas de exquisitas especialidades de dulces típicos. No olvidemos que en Italia, la Navidad era llamada “el día del pan”.



El Panettone -típico de la ciudad de Milan-conocido en todo el mundo y también llamado Pan Dulce, en algunos lugares de Latinoamérica, -el Pandoro (de Verona)-, -el Panforte (de la Toscana)-. Y muchos otros que son parte de la tradición de cada zona y que además, han tenido la capacidad de extenderse y difundirse entrando a formar parte de las costumbres culinarias de toda Italia.



El Veneto, región de los mil sabores, un territorio rico, que brinda a la propia tradición gastronómica y culinaria infinitas variantes con ricetas suculentas hechas de memoria y creatividad. Pone sobre la mesa el gusto ispirado en la influencia de los aportes culturales especialmente tomado de sabores de tiempos antiguos y de países lejanos.


En el Veneto no hay una particular dedicación al culto de la pastelería, Verona es la excepción a la regla. El Pandoro, dulce navideño por excelencia, hecho a base de masa preparada según la tradición con todo lo que ofrece la región, óptima mantequilla, huevos y leche fresca y harina de todos los géneros.



Gracias a la precisión de los tiempos de leudado y a la extrema atención dedicada a la preparación, se obtiene un dulce ligero y perfumado a vainilla con un sabor delicado e inconfundible, un perfume típico a vainilla y la característica forma de la estrella de 8 puntas. Nota simple y refinada que evoca la cálida atmósfera navideña.


Si pasamos por Verona es necesario visitar el símbolo más representativo de esta ciudad, L’Arena, obra imponente, emblema del pasado, que se levanta en el corazón palpitante de la ciudad.
En esta época del año, se torna aún más sugeivo, el afiteatros se carga de magia logrando la fascinación con las luces que iluminan la ciudad, las dulces melodías navideñas.



En el Abruzzo el Pan rústico llamado Parrozzo. Semiesférico, hecho en horno a leña y con harina de maíz. En 1920 el pastelero Luigi d’Amico reelabora la receta, lo vuelve dulce y reemplaza el amarillo del maíz con el de los huevos. Para reproducir el aspecto de la cocción a leña, lo recubre con chocolarte. Fue Gabriele D’Annunzio, quien sugirió al creador el nombre de “Parrozzo” .


En la Emilia hay un dulce navideño de origen campesino: el Panone di Natale. Elaborado con ingredientes típicos del territotio como los higos secos, el cacao, el chocolate fundido, la miel. Elementos que se unen a la harina, se dejan reposar por largo tiempo dejándolo leudar.


Nacido en Boloña, de la cocina medieval, encontramos el Panspeziale. Lleva chocolate fundido, harina, miel, mermelada de fruta, piñones, cacao, manteca y canela.



La Toscana es famosa por el aristocrático Panforte. Más bien picante ya que la miel contiene pimienta negra, anís, coriando y yemas de huevo.



En Arezzo hay otro tipo Pan dulce: Pan Balestrone, con miel, nueces e higos secos.


En Siena encontramos un dulce conocido ya desde el 1400 como Mazapán. A base de almendras, azúcar y clara de huevo. Era destinado al público de más acomodado porque el azúcar era muy costoso. Es el actual Ricciarelli. En el 800 toman la forma de panecillos rectangulares.

Tanto en Toscana como en Umbria encontramos el Panpepato. Con las numerosas especies presentes en este dulce, logra la fama de fuente de energía y de tener virtudes afrodisíacas. Sus ingredientes son: fruta (naranjas, higos y melones) con almendras, nueces, miel, especias que incluyen la pimienta.



En Le Marche encontramos: Pizza de Natà. Es una pasta de pan, con nueces, almendras, avellanas, pasas de uva, limón y naranjas abrillantadas, higos secos y chocolate y aceite de oliva.


También en Le Marche encontramos el Fristingo. Nacido como dulce humilde, con el tiempo ha enriquecido sus ingredientes: Almendras, higos secos, piñones y nueces. Se acompaña con un vino caliente t´pico de la zona.



En el Lazio encontramos el Pangiallo. Con raíces en el imperio romano, era usado para distribuir pan durante el solsticio de invierno para favorecer el retorno del sol. Actualmente sus ingredientes son harina, fruta seca, miel e cedro y huevo.


Siempre en el Lazio encontramos la nociata. Nueces triturada mezcladas con miel.

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