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Los sueños, un viaje interior

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Volar, subir escaleras o montañas, pasear con escasas ropas o desnudos, perder un diente, un avión, un automóvil. ¿Tienen estos sueños alguna relación con nuestra realidad interna?


Los sueños contienen información a descifrar. Hay miles y miles de libros y autores que han tratado el tema, obviamente sería pretencioso pretender aportar todas las visiones o la síntesis de todas ellas, este artículo es un acercamiento, basado principalmente en el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, que fue uno de los pioneros en la investigación de los sueños.


Jung descubrió que los sueños intentan regular y reequilibrar nuestras energías físicas y mentales, y que no solo revelan la causa básica de la desarmonía interior y de la angustia emocional, sino que presentan soluciones creativas para los problemas cotidianos.

Una de sus estudiantes, Marie Von Franz, decía que la solución de nuestros dilemas está dentro de nosotros y que la encontraremos en nuestros sueños: “Los sueños nos muestran cómo encontrar un sentido en nuestras vidas y realizar el gran potencial de vida que tenemos dentro”.

EL CONSCIENTE Y EL INCONSCIENTE. La mente humana la han dividido en dos partes a efectos didácticos, consciente e inconsciente, siendo esta última mucho mayor. Nuestra mente inconsciente podría ser comparada con un ordenador repleto de información; la mente consciente sería capaz de captar los datos visibles en la pantalla.

Esta pantalla, nuestro campo consciente, está siempre cambiando. Lo que es consciente en un momento, puede ser inconsciente al momento siguiente. Una experiencia común de este hecho es la súbita incapacidad de recordar nombres a la hora de hacer presentaciones, nombres que un minuto atrás se sabían muy bien, o confundirse con un número telefónico conocido.

La información está en la mente, pero aprisionada en el inconsciente, y aunque queramos, a veces, ese querer no basta para hacer accesible a la conciencia toda la información.

También buscamos en el inconsciente cuando nos preguntamos: ¿Por qué me siento así?, o ¿qué pasa en mi cabeza? Estamos intentando traer información desde el inconsciente a la conciencia. Es como si supiéramos que la solución está en algún lugar dentro del computador pero no aparece en pantalla.

¿Qué es el inconsciente? Es todo aquello que sabemos que es psíquicamente real pero que no es consciente. Se trata de una definición por negación, y no dice nada, solo que no es consciente y lo deja en el misterio. No sabemos que es, sabemos que hay algo, algo que se revela en gestos involuntarios, errores al hablar, en sueños.

La parte inconsciente de la psique es retratada en los sueños, pero la información que llega a la mente consciente en la forma de recuerdo de un sueño suele tener poco sentido, está en forma de metáforas, son exposiciones altamente subjetivas y personales, en los que el yo siente emociones que van del pánico a la sensación sublime de paz o belleza.

DORMIR Y SOÑAR. No todos los sueños son de igual importancia. Los antiguos distinguían entre pequeños y grandes sueños. Los pequeños son fragmentos nocturnos de la fantasía, y se olvidan con facilidad, provienen de lo personal, algunos son residuos del físico, es decir tenemos frío y en nuestro sueño nos bañamos en agua helada, otros son manifestaciones de deseos reprimidos, y otros sueños, la mayoría son mensajes del inconsciente.

Platón decía que el ser humano es un puente entre dos mundos, el material y el espiritual. Así cuando nos dormimos el plano físico, se relaja y desata, afloja los lazos que tiene el psíquico, en función de la intensidad de nuestras obsesiones, manías, preocupaciones, este mundo intermedio puede irse de viaje más o menos lejos, puede desatarse más o menos.

Si estamos muy preocupados sobre nosotros mismos nuestros sueños dibujarán una y otra vez lo que nos ha ocurrido en diferentes versiones, si somos capaces de vivir en nuestra vida consiente un poco más allá de lo que afecta a nuestro ombligo, en sueños podremos experimentar otras cosas.

LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS. Mucha gente usa diccionarios de sueños, pero según la psicología analítica estos diccionarios no tienen ningún valor porque dan una interpretación estática.

El simbolismo onírico es muy individual. Se necesita conocer las asociaciones individuales. Lo importante es lo que la imagen significa para el soñante y las experiencias que este tuvo. Interpretar es como todas las ciencias, hay reglas básicas, aspectos generales, se necesita habilidad profesional, pero jamás se puede interpretar sin escuchar al soñante, los manuales no sirven.

Pero es cierto que existen temas típicos de sueños, como volar, subir escaleras, trepar montañas, pasear con escasas ropas o desnudos, perder algún diente, la gente, el hotel, la estación de ferrocarril, el avión, el automóvil, los animales angustiantes (serpientes, cucarachas, ratas…), que puede significar para cada soñante algo distinto, no radicalmente distinto pero sí personal.

Sé que hay sueños ininteligibles y de vez en cuando alguno directo que nos hace reír porque sabemos qué significa. El inconsciente es un buen bromista. A veces parecen fáciles de entender y nos engañamos a nosotros mismos.

¿Por qué cuesta tanto interpretar los propios sueños si están en nosotros? Porque el sueño nunca dice lo que uno ya sabe. Indica algo desconocido, un punto ciego. Es como tratar de verse la espalda. Los sueños tocan nuestros puntos ciegos. No nos dicen lo que ya sabemos, sino lo que no sabemos.

FUNCIONES DEL SUEÑO. Empezaremos con las dos funciones del sueño más importantes y usuales, una prospectiva y una compensadora. La compensadora, utiliza los elementos del día anterior que han permanecido en la represión o sencillamente débiles para entrar en la conciencia y elabora un sueño que compensa actitudes, que muestra causas de lo que nos sucede, compensando las actitudes de forma contraria o quizás exagerando.

Para entender la teoría de las compensaciones no es que alguien pesimista tendrá sueños optimistas, sino que puede ser que se tiñan de negro sus sueños, y sigan siendo pesimistas, más exagerados todavía para que veamos donde está el problema, la causa, depende de la personalidad de cada uno, esa es la finalidad.

Dentro de esta función hay una cuestión básica es: ¿Como saber si un sueño se refiere a la realidad externa o interna? Si por ejemplo un hombre sueña que su esposa le roba el auto, ¿cómo determinar si el sueño se refiere a un problema externo en su relación conyugal o algo interno, consigo mismo? Ese es el problema más peliagudo de todos.

El soñante en general piensa: Ella lo que hace es cortar mis movimientos, siempre interfiere, por eso he soñado que me robaba el coche, el problema está en mi esposa. Pero dicen los especialista que un 85% de los temas oníricos se refieren exclusivamente a uno mismo y los personajes que vemos no son las personas reales (nuestro amigo, nuestro padre), sino personificaciones de defectos o virtudes nuestras, encarnadas en una persona.

El sueño puede indicar una proyección: su lado femenino (alguna parte de si mismo: su comodidad, un miedo) roba el auto, es decir le impide moverse, progresar, y él proyecta ese miedo en la figura de su esposa. Ve el problema en su mujer, cuando está dentro de él. Siempre se debe partir con la pregunta ¿qué cosa en mí hace eso? En vez de tomar el sueño como un aviso contra terceros. Porque a nuestro inconsciente no le importa casi el mundo exterior, solo el interior, no le preocupa que fulanito tenga una carencia o un defecto, pero sí que nosotros lo tengamos.

Por otro lado, la función prospectiva es una anticipación de las futuras acciones conscientes, que se presenta en el sueño, algo así como un ensayo previo. Su contenido simbólico bosqueja la solución a un conflicto. Son como un pronóstico médico o meteorológico. Se trata de un previo cálculo de probabilidades que puede concordar parcialmente o coincidir con el futuro. Los pronósticos son a menudo francamente superiores a las conjeturas conscientes que nos podamos hacer, ¿Por qué? Porque no estamos tan condicionados por el qué dirán, por el egoísmo, etc.

Es como si el consciente y el inconsciente jugaran al escondite, y cuando el consciente descubre al inconsciente, es decir, puede interpretar correctamente, el sueño no se repite, ya no es necesario, ya ha entendido el mensaje, ahora bien, si no rectificamos, si no vivimos el sueño se repetirá de otra forma, pero aparecerá de nuevo mientras persista la actuación errónea en la vida consciente.

SOÑAR CON LOS OJOS ABIERTOS. Los sueños entregan información muy interesante a quien se empeña en comprender su simbolismo. El resultado, es cierto, no tiene mucho que ver con preocupaciones mundanas como comprar y vender. Pero los negocios no explican el sentido de la vida, ni una cuenta bancaria satisface los deseos profundos del corazón.

Todo el mundo puede tener sueños de los que se miran con los ojos abiertos. Los grandes sueños son los ideales, de un mundo mejor, de paz, de belleza, de comprender la vida o comprender a los demás o comprendernos a nosotros mismos, de conocer la verdad.

Después de descubrir América, Colón llevó muchas riquezas a la reina Isabel. Pero los tesoros más valiosos eran sus mapas, con los cuales otros podrían seguir explorando las tierras recién descubiertas.

Los sueños han sido considerados el camino real al inconsciente. Jung viajó por este camino y trajo consigo un mapa de la psique humana, la inconsciente y la consciente, y anunció que, empleando sus propias palabras, que todos estamos obligados a crear grandes sueños, a elaborarlos pacientemente como si fueran la más magnífica obra de arte, como si, detalle a detalle, construyésemos ese enorme sueño de nuestra existencia.

Solo elaborando grandes sueños, mejorándolos, trayéndolos a la realidad, empezamos a sentir en qué consiste la condición de ser humano. La imaginación es un gran poder, es la gran esclarecedora de la conciencia, la única que puede dirigir a la voluntad.

Tegucigalpa,

Honduras

http://www.elheraldo.hn/

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