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Energías del Cosmos JOSÉ HERNÁNDEZ

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La dinámica de interrelación entre planetas es más aceptada en la medida que se hacen nuevos descubrimientos. Es decir, que las emisiones que expide cada cuerpo planetario constantemente nos llegan sin importar las enormes distancias ni las magnitudes de los astros.



Tales son sus emisiones radioeléctricas que J. Lequeuz, del observatorio de París, escribe a propósito de Júpiter: "La propiedad más extraña del planeta es su intensa emisión radioeléctrica que fue identificada en 1955 por Bruke y Franklin. Es tan variable y agitada la emisión que se produce en longitudes de ondas superiores a los 10 metros y provienen esencialmente de dos regiones localizadas del planeta... Puede que se trate de fenómenos similares a las emisiones de vientos de ruido radioeléctrico en la corona solar, pero estas emisiones sufren una influencia solar bastante clara y son más débiles en el periodo de actividad máxima.

En 1958, Slonaker observó una radioemisión igualmente muy notable en ondas disimétricas.

En general estas emisiones se suelen relacionar con el cinturón de radiaciones que envuelve el planeta Júpiter".

Por otra parte, "la Tierra emite ondas de radio similares a las que provienen del planeta Júpiter. Tal es el descubrimiento hecho por una pequeña sonda espacial americana, Explorer-38, dotada de antenas muy largas, que captó ondas análogas a las ondas disimétricas descubiertas en 1955 por Burke y Franklin al estudiar al planeta Júpiter..." (G. Piccardi: Heredite Planetaire).

Es oportuno tomar en consideración que existen dos "ventanas" en las interrelaciones entre el Cosmos y nuestra Tierra, dicen los astrofísicos.

La primera hace entrar la luz, el calor y los rayos ultravioletas; la segunda, las ondas electromagnéticas largas, de la frecuencia de las ondas del cerebro humano. Nos encontramos con ondas que llegan a los organismos vivos de la Tierra. Al principio se creyó que era imposible que tuvieran influencia biológica porque con su enorme longitud, estas ondas sólo llevaban consigo una energía muy débil. Los científicos siguieron experimentando, pero dada la debilidad de las energías en juego, utilizaron herramientas de alta sensibilidad, dando por resultado la evidencia de que estas pueden ser detectadas y aun más, pueden ser medidas.

Nota: El próximo 20 de marzo será el punto de partida del año nuevo cósmico. Año 65 de la nueva era de Aquarius, que será muy importante para la humanidad porque nuestro planeta iniciará una fase en su ubicación en el espacio estelar que le permitirá recibir emisiones positivas de una estrella muy lejana.

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